El evento final del proyecto europeo MIRAD ha puesto el broche final a dos años de trabajo dedicado a la asesoría y la prevención de la radicalización. Los objetivos del proyecto MIRAD se lograron gracias a la cooperación de los socios del consorcio del proyecto al que pertenece la Fundación Euroárabe, de siete países europeos, junto con un grupo de expertos de la Junta Consultiva de MIRAD, el Consejo Consultivo de KES y miembros de las Juntas de Expertos en Extremismo Yihadista y Extremismo de Derechas.
El acto fue inaugurado por Christiane Hoehn, Principal Advisor to the EU Counter-Terrorism Coordinator, quien reconoció el buen trabajo del proyecto MIRAD y su alineamiento con las orientaciones estratégicas de la Comisión Europea. La conferencia final contó con la presencia de profesionales de primera línea, personal de prisiones, fuerzas de seguridad, agentes de libertad condicional, ONG o responsables políticos de diferentes países de la UE y países terceros.
Durante el evento se presentaron los resultados del proyecto, tales como una herramienta para evaluar la fiabilidad y capacidad de las ONG para apoyar procesos de desradicalización. Entre los resultados más esperados, destaca la adaptación de la herramienta de evaluación del riesgo IRS para considerar el papel del género y la ideología en el proceso de radicalización centrada en el extremismo de derecha y el extremismo yihadista.
Además, se presentaron una serie de protocolos de colaboración para la transición multiagencia, derivados del papel fundamental que desempeñan las OSC/ONG y personas voluntarias en la promoción de programas de reinserción, fomentando la cooperación interinstitucional. También se hicieron públicos los resultados de los cursos de formación de método mixto (formación de formadores, curso de e-Learning, escenarios de formación de realidad virtual) para maximizar los resultados de los programas de desvinculación de la radicalización y de reinserción.
Algunas de las conclusiones a las que se llegaron en el evento final de MIRAD son la amenaza, todavía alta, de terrorismo islamista y el creciente peligro del extremismo de derecha. Se abordó, asimismo, la necesidad de la rehabilitación fuera y dentro de la prisión y de evaluar lo que sucede después de prisión; del mismo modo que se tildó como imprescindible la identificación de personas reclusas vulnerables de ser radicalizadas como base para la prevención y la desvinculación, y la promoción de modelos y protocolos de colaboración intersectorial e interinstitucional.